Pirámide invertida

Una vez le pregunté a mi profesor de guitarra que cuánto tiempo se tardaba en aprender a tocar. Nunca olvidaré su respuesta: "Lo que uno tarda en morirse(*)". A diferencia de otras disciplinas, tocar la guitarra es un aprendizaje vitalicio. La gestión de personas también lo es, y para tocar las cuerdas hay que practicar mucho y leer mucho.

Uno de los libros que han pasado por mis manos es "La Paradoja", de James C. Hunter. En él se describe cómo las pirámides jerárquicas deben representarse invertidas: El máximo responsable de la organización debe dar soporte al resto de la estructura, pues los que hacen el trabajo todos los días son los más importantes.
Son ellos quien están en contacto con el cliente, quien da cuerpo a la imagen de la empresa, y quien hace posible prestar todos los servicios que los responsables diseñan. En este modelo, es el cliente el que ocupa la posición más alta de la pirámide invertida.

No es de extrañar por lo tanto, que Juan Roig, el dueño de la gran red de supermercados Mercadona llame al cliente "El Jefe".

Aunque propone un enfoque original, este modelo no puede sustituir permanentemente a la pirámide tradicional. En determinadas situaciones, la cadena de mando debe funcionar al modo clásico. Es así por ejemplo cuando se trazan planes (estrategia a medio y largo plazo), o cuando el equipo dirigido necesita una fuerte supervisión, ya sea por requerir coordinación en situación de emergencia o por atravesar fases de arranque para las que el 'liderazgo situacional' prescribe una tutela cercana (control táctico).

(*)Este post se lo dedico a Ángel, que tanto aprendió en el poco tiempo que tuvo.

Comentarios

MARISA ha dicho que…
Eres unico!!!. Siempre se ha dicho que el cliente tiene la razón, que el cliente manda, el ciente paga.... Pero son otros los que trabajan, y el cliente no puede decir como tienen que hacerlo, ni como deben organizarse.
En ocasiones deberiamos convertirnos en autistas.
Saludos

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