Los jueces del mando intermedio


Cuando trabajas en el peldaño más bajo, tienes un único jefe, un juez. Si asciendes, la situación cambia radicalmente: tienes un jefe, pero ahora son 1+N jueces (el de arriba, y los N de abajo). Estás solo, en tierra de nadie, y no hay vuelta atrás.

Despacharás con tu jefe esporádica o regularmente, según sea su patrón de trabajo. Podrá dedicarte poco tiempo, y querrá estar informado de los resultados: deberás ser claro, conciso y escueto. Tu jefe no sólo te conocerá por lo que le expongas, sino también por lo que oiga de tí: Los ecos terceros de tu trabajo complementan la visión de tu persona más allá de lo que quieras manifestar explícitamente ante tu superior.¿Se conoce tu buen trabajo sin tener que contarlo? Si es así, estás haciendo bien tu trabajo. Debes estar atento al pasillo.

En cuanto a tu equipo, te pasará lo contrario. Serás tú quien tenga poco tiempo para despachar con cada uno de tus colaboradores, por lo que la visión que tengan de ti dependerá no sólo de lo que trates cara a cara, sino de tus actos y decisiones diarias, que serán observadas, analizadas y crearán opinión.

El poder situacional lo tienes, pues te lo ha dado la organización. Sin embargo, es mucho más sano trabajar ganándote la autoridad que te conceda tu equipo.
¿Tienen confianza para hablar contigo de lo bueno y de lo malo? ¿Te plantean nuevas ideas con ilusión? ¿Comparten las metas que planteas?

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