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Mostrando entradas de octubre, 2008

Religión y CheeseBurger: De la razón al dogma

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Hace unas semanas tuve que desplazarme a EEUU por motivos laborales. Allí pasé varios días disfrutando de mi trabajo: visitando clientes, observando el entorno al desplazarme en coche, y conversando con mi contacto allí, tanto del trabajo como de la vida. Durante  mi estancia, tuve ocasión de probar distintos tipos de comida originarios de multitud de regiones del mundo: en Nueva York, repetir algo dos veces es del género absurdo dada la variedad de opciones a las que se tiene acceso. Al cabo de pocos días, caí en la cuenta de que comiésemos chino, japonés, italiano o mejicano, tanto los locales como las cocinas estaban regentados por miembros de una misma y única comunidad religiosa, a la que pertenece mi colega "indígena". Como no podía ser de otro modo, ardía en deseos de averiguar a qué se debía la nula diversidad en lo que a la gestión de los restaurantes concernía: mi colega, judío, sólo puede ingerir comida kosher .  En términos del siglo XXI (según el calendario más u

¡Sin límites! ¡A lo grande!

Corría el curso 2001-2002. Me encontraba en el extranjero, en Alemania, desarrollando mi proyecto final de carrera con una tutora egipcia. Teníamos algo en común (unos objetivos de investigación), pero poco más. Y esa distancia que nos separaba fue origen y destino de muchas conversaciones "no operativas", muy enriquecedoras. No recuerdo con precisión qué nos llevo una tarde a un debate en el que ella enunció una frase que me ha quedado marcada: " Los límites, se los pone uno mismo ". A mi vuelta, en agosto de 2002, el tiempo me afixiaba. Quería acabar la carrera, pero me quedaba una asignatura. Quería trabajar, pero no estaba todavía titulado. Necesitaba movimiento. Conseguí una plaza de becario en un fabricante de automóviles donde aprendí lo que no está escrito. A diferencia de mis compañeros universitarios, me conseguí un mono azul y me mezclé con los operarios, que son los que más saben de hacer coches.  Entretanto, la prisa por nacer profesionalmente me hizo j